El uso de agroquímicos es uno de los temas de controversia en todo el país. Distintas localidades, donde Paraná no es la excepción, han promovido ciertas normativas para evitar la fumigación cerca de zonas urbanizadas. Desde Nación pretenden regular su utilización y promover “buenas prácticas agrícolas”. Un grupo de trabajo interministerial de Agroindustria y Ambiente y Desarrollo Sustentable tendrán 90 días para elaborar los principios que deben regir las políticas públicas sobre la aplicación de fitosanitarios y como mejorar los sistemas de control y monitoreo.
Los ministros Sergio Bergman (Ambiente) y Luis Miguel Etchevehere (Agroindustria), suscribieron una Resolución Conjunta 1/1, con fecha del 19 de febrero, para implementar una serie de políticas públicas para la adopción de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en la utilización de químicos en la actividad agrícola en general y en especial en zonas de amortiguamiento o buffer.
Dado la creciente tecnificación de la productividad en la agricultura argentina, el uso de fitosanitarios ha sido parte de este proceso con el fin de prevenir y controlar plagas o enfermedades en los cultivos. En ese sentido, es preciso que los actores intervinientes adopten BPA a fin de resguardar la salud de las personas y preservar la biodiversidad.
Por este motivo, se creará un grupo de trabajo que tiene por objeto elaborar principios que regirán las políticas públicas sobre las aplicaciones de fitosanitarios en la agricultura y la alimentación. Además se encargarán de formular recomendaciones para mejorar la adopción de las buenas prácticas y para fortalecer los sistemas de control y monitoreo de las actividades de aplicación.
En tal sentido, el ministro de Ambiente, Sergio Bergman, indicó: “Siguiendo con las sugerencias del presidente Macri, de constituir un equipo, este modelo superador tiene que ver con la sinergia de una visión que está alineada hacia dónde vamos y eso es la inserción inteligente de la Argentina en el mundo”.
“Tenemos la responsabilidad de no poner a todos en la misma bolsa por este tipo de actividad sino de poder diferenciar y así queremos premiar y valorizar, agregando trabajo, valor agregado que es hacer las cosas bien dentro de lo que regula la ley”, concluyó.
Por su parte, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, señaló que “esta resolución es el punto de partida para fortalecer las políticas agropecuarias nacionales para la buena gestión de los fitosanitarios, basadas en las BPA, y que cada provincia utilice como marco de referencia para reglamentaciones propias”.
GRUPO DE TRABAJO. El equipo para elaborar las normativas involucrará a un representante de los ministerios de Salud; y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; los consejos federales de Medio Ambiente (COFEMA) y el Agropecuario (CFA). Además, lo conformarán especialistas de las carteras de Ambiente y de Agroindustria, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Asimismo se podrá invitar a otros ministerios, como así también facilitar instancias de participación, con carácter consultivo, de otros actores de la sociedad.
Uso de productos fitosanitarios
Los fitosanitarios son sustancias utilizadas para prevenir, atraer, repeler o controlar cualquier plaga en una producción de alimentos agrícolas. Sin embargo, la eventual aplicación de estos insumos en forma inapropiada conlleva posibles riesgos para la salud y el ambiente. Debido al desarrollo creciente de los centros urbanos sobre áreas tradicionalmente agrícolas, los habitantes perciben las prácticas habituales de manejo y aplicación de estos productos como un riesgo potencial.
A fin de evitar posibles riesgos emergentes, es necesario que toda aplicación sea realizada de forma segura y responsable, ajustándose a las legislaciones vigentes en el orden nacional, provincial y municipal. Así como también enmarcada en un esquema de buenas prácticas de aplicación respetando las ventanas de tratamiento que incluirán la valoración del estado del cultivo, el desarrollo de la plaga, la tecnología de aplicación, la velocidad aparente y dirección del viento, humedad relativa, temperatura e inversión térmica, de manera que se minimicen los riesgos y las consecuencias de posibles accidentes.